domingo, 10 de octubre de 2010
La gente que me gusta. Mario Benedetti.
Me gusta la gente que es justa con su gente y consigo misma, la gente que agradece el nuevo día, las cosas buenas que existen en su vida, que vive cada hora con buen ánimo dando lo mejor de sí, agradecido de estar vivo, de poder regalar sonrisas, de ofrecer sus manos y ayudar generosamente sin esperar nada a cambio.
Me gusta la gente capaz de criticarme constructivamente y de frente, pero sin lastimarme ni herirme. La gente que tiene tacto.
Me gusta la gente que posee sentido de la justicia.
A estos los llamo mis amigos.
Me gusta la gente que sabe la importancia de la alegría y la predica. La gente que mediante bromas nos enseña a concebir la vida con humor. La gente que nunca deja de ser aniñada.
Me gusta la gente que con su energía, contagia.
Me gusta la gente sincera y franca, capaz de oponerse con argumentos razonables a las decisiones de cualquiera.
Me gusta la gente fiel y persistente, que no desfallece cuando de alcanzar objetivos e ideas se trata.
Me gusta la gente de criterio, la que no se avergüenza en reconocer que se equivocó o que no sabe algo. La gente que, al aceptar sus errores, se esfuerza genuinamente por no volver a cometerlos.
La gente que lucha contra adversidades.
Me gusta la gente que busca soluciones.
Me gusta la gente que piensa y medita internamente. La gente que valora a sus semejantes no por un estereotipo social ni cómo lucen. La gente que no juzga ni deja que otros juzguen.
Me gusta la gente que tiene personalidad.
Me gusta la gente capaz de entender que el mayor error del ser humano, es intentar sacarse de la cabeza aquello que no sale del corazón.
La sensibilidad, el coraje, la solidaridad, la bondad, el respeto, la tranquilidad, los valores, la alegría, la humildad, la fe, la felicidad, el tacto, la confianza, la esperanza, el agradecimiento, la sabiduría, los sueños, el arrepentimiento y el amor para los demás y propio son cosas fundamentales para llamarse GENTE.
Con gente como ésa, me comprometo para lo que sea por el resto de mi vida, ya que por tenerlos junto a mí, me doy por bien retribuido.
lunes, 13 de septiembre de 2010
Aquellos cazadores de pájaros...
http://www.youtube.com/watch?v=X1ogjjWgCN4&p=D8907EF6E44AE803&playnext=1&index=19
"Pájaros en la cabeza, y volar a donde las ventanas siempre están abiertas"
domingo, 25 de julio de 2010
Todos somos Ulises

Llenará la maleta con sueños e ilusiones y cogerá un tren que la lleve a ninguna parte. Dormirá en las aceras y en bancos de los parques. Alguna vez logrará hacerlo bajo techo, pero eso no le preocupa. Sólo quiere llevar a cabo ese viaje que ha soñado desde siempre. Frecuentará tabernas y barras de bar donde escuchará las mejores historias jamás contadas. Deleitará a sus ojos con paisajes insólitos. Escuchará el ruido de la ciudad. Y sobre todo, sentirá entre sus dedos cómo el viento la acaricia suavemente.
Pero, como con el tiempo la soledad se mete dentro y no se va, Penélope un día despierta soñando con volver. Vuelve a llenar la maleta y emprende el viaje de regreso. Llega a su punto de partida, vuelve a su semilla, y encuentra que, tras pasados siete años, todo sigue igual.
Penélope que regresa convertida en Ulises, no encuentra a nadie esperándola. No hay “Penélope” que la espere.
Parece ser que en estos tiempos modernos, ya no quedan penélopes que tengan la suficiente paciencia para esperar. Al fin y al cabo, todos queremos ser Ulises. Todos soñamos con partir.
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sábado, 26 de junio de 2010
¿dónde si no en la mente de un loco?
viernes, 25 de junio de 2010
miércoles, 16 de junio de 2010
Buscar mi casualidad...
jueves, 10 de junio de 2010
Sonrisa valiente

No estaba solo todo el tiempo pero casi todas las inundaciones mojaban solo mis pies. No decía siempre la verdad, pero no había nadie que descubriese mis mentiras. Solo tenía un par de zapatos, pero me sobraban todos los pasos. Nunca pensaba en serio que las cosas pudiesen mejorar y nunca sonreía en año nuevo. No necesito que nadie me recuerde donde estoy ahora. No necesito a nadie que marque con tiza todas mis caídas. Sabes lo triste que resulta encontrarse con las sobras sin recordar la comida. Nunca soñaba con tierra para todos mis agujeros. Nunca pensé en caballos rápidos ni en cartas altas. Aunque hubiese querido cantar nunca pasé por debajo de tu casa. Mis autobuses no conocían tu calle y tus carteros no recordaban mi nombre. Nunca soñé con tu cuerpo en mi cama, y nunca sonreía en año nuevo. No necesito contarte que un cuchillo en la carne no duele tanto como nada en la carne. No necesito que me recuerden que he fallado cuando los dos sabemos que ni siquiera estaba apuntando. Puedo esperar tres días a que despiertes y rezar una oración distinta cada día. Porque antes no tenia suerte y nunca sonreía en año nuevo.
http://www.youtube.com/watch?eurl=http%3A%2F%2Festaticosak1.tuenti.com%2Fclient_apps%2Fvideo_player%2F1_player.51061.swf&v=aXkh0rDEbZo&feature=player_embeddedTexto de Ray Loriga
sábado, 5 de junio de 2010
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Sin saber cómo despiertas a medio día en la cama. La guitarra está en el suelo junto a un cenicero abarrotado de colillas. Al bajar de la cama pisas con tu pie descalzo el cenicero y toda la ceniza se esparce por la alfombra. Vas al baño y quedas impresionado con el rostro de desazón que ves en el espejo. Tratas después de recordar la noche anterior. Sólo vuelve a la mente el momento de salir de casa, ir al bar de siempre, los primeros narcóticos y la cerveza. Del resto no recuerda nada. Ni siquiera la canción.
jueves, 27 de mayo de 2010
Y amanece que no es poco
El futuro. Ese espacio de tiempo que nos atormenta y nos llena de incertidumbre. No sé si realmente el fallo de todo está en la preocupación por el mañana o por vivir al día. Todo tiene su lado positivo y negativo. Vivir al día resulta placentero y reconfortante, pero echarle un ojo al futuro nos asegura no depender de la expectativa.
Al fin y al cabo, son solo días. Días que pasan, días que recordamos, días que anhelamos…
lunes, 17 de mayo de 2010
La estupidez de los domingos
miércoles, 14 de abril de 2010
TRICOLOR AL BALCÓN!!!!
Cada vez somos más los que pensamos de este modo, pero no hay que dejar que esto se quede en tan solo un puñado de sueños, ya que, para que se hagan realidad nuestros sueños hay que estar bien despierto.
Reunámonos, salgamos a la calle a manifestarnos, dejemos que la sonrisa rebelde se nos ponga en la cara, no seamos sumisos, ni hagamos callar nuestras ideas, nuestros sentimientos. Dejémonos ilusionar y presentemos nuestros proyectos para un futuro prometedor. Construyamos nuestro sueño mediante una lucha constante y persistente, y por supuesto pacífica. Porque este proyecto no puede nacer cerrado, como un todo acabado y definido, como una carta otorgada de unos republicanos para otros.
Porque la República es la manera de constituirnos como organización política más propia y digna de personas cuya condición humana es la de vivir juntos, libres, iguales y fraternalmente ya que son personas humanas dirigidas por el pensamiento, la palabra y la razón deliberada entre otros.
Por la proclamación de la III República Española….
Porque es mi sangre… mi revolución….
jueves, 8 de abril de 2010
Los nadies
Los nadies: los hijos de nadie, los dueños de nada.Los nadies: los ningunos, los ninguneados, corriendo la liebre, muriendo la vida, jodidos, rejodidos:
Que no son, aunque sean.
Que no hablan idiomas, sino dialectos.
Que no profesan religiones, sino supersticiones.
Que no hacen arte, sino artesanía.
Que no practican cultura, sino folklore.
Que no son seres humanos, sino recursos humanos.
Que no tienen cara, sino brazos.
Que no tienen nombre, sino número.
Que no figuran en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local.
Los nadies, que cuestan menos que la bala que los mata.
Extraido de "El libro de los abrazos" de Eduardo Galeano, uno de mis escritores y pensadores favoritos.
domingo, 4 de abril de 2010
Ray Loriga
No estaba solo todo el tiempo pero casi todas las inundaciones mojaban solo mis pies. No decía siempre la verdad, pero no había nadie que descubriese mis mentiras. Solo tenía un par de zapatos, pero me sobraban todos los pasos. Nunca pensaba en serio que las cosas pudiesen mejorar y nunca sonreía en año nuevo. No necesito que nadie me recuerde donde estoy ahora. No necesito a nadie que marque con tiza todas mis caídas. Sabes lo triste que resulta encontrarse con las sobras sin recordar la comida. Nunca soñaba con tierra para todos mis agujeros. Nunca pensé en caballos rápidos ni en cartas altas. Aunque hubiese querido cantar nunca pasé por debajo de tu casa. Mis autobuses no conocían tu calle y tus carteros no recordaban mi nombre. Nunca soñé con tu cuerpo en mi cama, y nunca sonreía en año nuevo. No necesito contarte que un cuchillo en la carne no duele tanto como nada en la carne. No necesito que me recuerden que he fallado cuando los dos sabemos que ni siquiera estaba apuntando. Puedo esperar tres días a que despiertes y rezar una oración distinta cada día. Porque antes no tenia suerte y nunca sonreía en año nuevo.
sábado, 3 de abril de 2010
Vive...
viernes, 12 de marzo de 2010
Apología a lo antiguo...

Llegué a la tienda tras recorrer unas callejuelas con casas muy antiguas y suelo empedrado. Abrí la puerta y la campanilla que colgaba del techo me asustó. A los pocos segundos apareció el dependiente que venía de lo que parecía ser el almacén. El hombre, entrado ya en años, me preguntó si estaba buscando algo en especial.
- Busco un tocadiscos, dije intentando no dar muchas explicaciones.
El dependiente me pidió que lo siguiera. Entramos al almacén donde tenía de todo, desde bicicletas hasta ropa, pasando por varios instrumentos musicales e incluso viejas vajillas de porcelana. Me mostró varios tocadiscos. Los encendió y me dijo que escuchase con detenimiento la misma canción en cada uno de ellos. Le hice caso y puse un vinilo de “El lago de los cisnes” de Tchaikovsky que éste me dejó antes de marcharse a atender a otro cliente.
El primer tocadiscos que probé hacía mucho ruido. Pero el segundo me encantó. Un sonido limpio salía por los altavoces. No probé los demás y llamé al dependiente para indicarle cual me llevaba.
Llegué a casa y puse un vinilo de Bob Dylan que hacia bastantes años había pertenecido a mi padre. Era “Greates hits”. El momento en el que la aguja rozaba suavemente el disco mientras este giraba fue espectacular. Parecía como si el propio Dylan estuviese en un rincón de mi salón con su guitarra y su armónica tocando “Blowin´ in the wind”. Era como si la púa del tocadiscos fuese la púa con la que el músico rasgaba su guitarra.
El día en el que el tocadiscos dejó de sonar recogí mis cosas y cambié de piso, de barrio y de ciudad.