Son sólo un puñado de ideas y sueños, de los que te hacen despertar a media noche, coger un bolígrafo y papel en blanco y ponerte a escribir como una loca... Unos, carecen de sentido, otros... podrían tenerlo. Intento no retocar nada. Las mejores ideas vienen solas y son las que hay que plasmar en el papel. Como decía Picasso..."Que la inspiración te pille trabajando..."


jueves, 27 de mayo de 2010

Y amanece que no es poco

En unas horas volverá a amanecer y se habrá pasado otro día. Otro día más sin hacer nada de provecho. Me siento frustrada al pensar que todo ese montón de días tontos suman un elevado número y que, a fin de cuentas, es tiempo perdido que se podría aprovechar en disfrutar ciertas cosas o en hacer otras más provechosas para un futuro.

El futuro. Ese espacio de tiempo que nos atormenta y nos llena de incertidumbre. No sé si realmente el fallo de todo está en la preocupación por el mañana o por vivir al día. Todo tiene su lado positivo y negativo. Vivir al día resulta placentero y reconfortante, pero echarle un ojo al futuro nos asegura no depender de la expectativa.

Al fin y al cabo, son solo días. Días que pasan, días que recordamos, días que anhelamos…

lunes, 17 de mayo de 2010

La estupidez de los domingos

Levantarse con resaca a la hora de comer, coger lo primero que haya en el frigo y echárselo a la boca. Abrir las ventanas, escuchar los ruidos de la calle; los coches pasar, los niños jugar, los ancianos jugando al dominó en la terraza de un viejo bar… Una ducha rápida y después café. Mucho café para poder funcionar. Salir a la terraza y fumar un cigarrillo a trancas y barrancas. Escuchar a Lennon y animarse a salir a la calle. Coger las gafas de sol para ocultar unas acentuadas ojeras. Ir a la cafetería de siempre. Encontrar a los amigos de siempre. Comentar las anécdotas de siempre y reír como siempre. Hacer un repaso de la noche anterior. Recuperar algunas lagunas que atormentaban la memoria. Volver a casa antes de que anochezca. Ponerse el pijama y dormir. Dormir profundamente.